En la gran noche del boxeo para “gente grande” celebrada este sábado en Las Vegas, Tyson Fury derrotó claramente a Deontay Wilder por nocaut técnico en el séptimo episodio después de que la esquina del boxeador estadounidense literalmente aventara la toalla para terminar con el castigo que estaba recibiendo el “Bronze Bomber”, incluyendo cuatro conteos del réferi por sus cuatro visitas a la lona.
El “Gypsi King” cuya marca quedó en 30-0-1 con 21 triunfos por KO, acabó así con el invicto del ahora ex-campeón de peso pesado del Consejo Mundial de Boxeo, cetro que añadirá ahora el británico a su lista de conquistas anteriores en la AMB, la OMB y la FIB.
Tyson dominó las acciones sobre el ring prácticamente desde el arranque del combate y ganó las puntuaciones en todos los rounds, impactando constantemente y con gran eficacia en el rostro y el cuerpo de su contrincante, cuya condición física dejó mucho que desear pues ya resoplaba y jalaba aire de manera evidente desde el tercer round.
Herido y arrinconado Wilder no pudo ni siquiera terminar el combate. Perdió tanto tiempo y energía en tratar de defenderse que solito fue minando su gran poderío en los puños y jamás pareció hacerle daño al Fury, que demostró una gran preparación física, mental y estratégica para contener al ahora ex-monarca.
Tyson le cobró revancha a Wilder por lo sucedido entre ambos en el 2018, cuando el que se la pasó en la lona fue el “Rey Gitano”, cayendo aquella vez al menos dos veces ante el poder de los guantes del norteamericano que en 42 triunfos anteriores ganó 41 por la vía del nocaut.
Increíblemente el combate de hace dos años terminó en un polémico empate y tras la victoria de anoche del púgil inglés no será descabellado pensar en una tercera pelea entre ambos dentro de algunos meses pero en este mismo año.