Esta fue la línea que comienza la carta que el maestro italiano Ennio Morricone dejó como despedida, la cual se dio a conocer tras su deceso este lunes en una clínica italiana en la cual el compositor se encontraba internado después de sufrir una caída que le fracturó el fémur.
A mi parecer los grandes maestros del arte sólo pueden retirarse de la manera más sabia y sublime; haciendo uso de las letras. Y Morricone lo deja como manifiesto.
Realizador de más de 400 bandas sonoras, siendo un icono dentro de la historia de la sonorización del cine, deja en su misiva varios nombres a quienes agradeció compartir su vida con él, uno de ellos sería el director Giuseppe Tornatore con quien trabajó en todas sus películas, así que recordemos tres de esas cintas que hicieron que la magia de Morricone traspasara la pantalla con sus notas. Cada una de estas historias fue compuesta y dirigida en su totalidad por el compositor.
MALENA
Nominada al Óscar como mejor fotografía y por supuesto música original, la historia nos lleva a las calles de Sicilia en plena Segunda Guerra Mundial, en donde el personaje de Malena Scordia es el punto de crítica y juicio social. Una mirada a la “doble moral”, de una Italia en guerra y en donde el pecado más grande en esta mujer es su misma belleza. Satanizada por todos, menos por un pequeño de tan sólo trece años quien es su amor más sincero.
“Conocí a tantas mujeres que me han dicho “acuérdate de mí” pero la única que jamás olvide, es aquella que nunca me lo pidió, Malena…”
LA LEYENDA DE 1900
Una fábula basada en el libro Novecento de Alessandro Baricco, nos entrelaza entre el mar y la vida de un pianista llamado como el año en que nació (1900), donde además descubrimos junto al personaje principal que el precio por la libertad es un riesgo mucho mayor del que podemos comprender. Este músico innato que nació en un barco alcanza una fama internacional debido a su talento, sabe describir a la perfección cada ciudad en que el barco ha llegado, pero existe un detalle; él jamás ha pisado tierra firme.
“Yo, que no fui capaz de bajar de este barco, para salvarme me bajé de mi vida. Escalón a escalón. Y cada escalón era un deseo. A cada nuevo paso, un deseo al que decía adiós”.
CINEMA PARADISO
Por supuesto no podemos hablar del legado del músico italiano sin su más aclamada obra ganadora del Óscar, un homenaje en sí mismo al cine. La historia de dos almas unidas por el amor a las películas, entre un pequeño niño de nombre Salvatore y Alfredo el operador del Cinema Paradiso cautiva desde el primer contacto entre ambos. Sin olvidar a Elena el otro gran amor de Salvatore y quien puede hacer cambiar el curso de las cosas.
“La vida no es como la has visto en el cine, la vida es más difícil. ¡Márchate! ¡Regresa a Roma! Eres joven, el mundo es tuyo, yo ya soy viejo, no quiero oírte más, sólo quiero oír hablar de ti.”
Hasta siempre maestro Ennio Morricone.