Llenar los zapatos de las leyendas del deporte no es una tarea sencilla, en el caso del atletismo la trayectoria de Usain Bolt es una gran meta por alcanzar, y existe un nombre que hace lo suyo para lograr alcanzar los records de Boilt, ese es el nombre de Noah Lyles.
El estadounidense con un tiempo de 9,83 segundos, se proclamó en Budapest campeón del mundo de 100 metros lisos y se convirtió en el nuevo rey de la velocidad internacional.
Lyles, de 26 años, mencionó: “Aspiro a lograr tres medallas de oro (100, 200 y relevo 4×100) y batir el récord del mundo de Usain Bolt en el 200. Correré en 9,65 segundos el 100 y el 200 en 19,10 segundos”.
El primer objetivo de Noah Lyles, el de ganar los 100, lo consiguió en la segunda jornada de los Mundiales, aunque no con el récord de Usain Bolt (9,58) en Berlín el 16 de agosto de 2009.
Lyles venció en el Centro Nacional de Atletismo de Budapest con 9,83 segundos, la mejor marca mundial del año y también la suya propia, que estaba en 9,86.


¿QUIÉN ES NOAH LYLES MÁS ALLÁ DE LA PISTA?

El deportista nación en Florida en julio del 97, comenzó en el atletismo desde muy chico gracias a que se lo inculcaron sus padres. Sin embargo su infancia no fue fácil.
Cuando tenía seis años pasó un tiempo en el hospital por una amigdalitis, además de sufrir de asma. Más tarde comenzaron los problemas en el colegio: No lograba concentrarse en las clases y seguir el ritmo de sus compañeros. Finalmente lo diagnosticaron con dislexia y déficit de atención, tras una larga lucha en el colegio al ser constante víctima de bullying el deporte fue lo que logró ayudarlo a salir adelante.
Entre las pasiones del atleta destacan su gusto por la música en concreto el rap, incluso cuenta con un estudio en su casa, otra más son sus LEGO, y el anime japonés especialmente Goku de Dragon Ball.


OTRO ATLETA QUE PONE EL TEMA DE LA SALUD MENTAL SOBRE LA MESA
En 2020, en plena pandemia, contó públicamente que tomaba antidepresivos. Ya llevaba un tiempo en terapia y en una etapa que él mismo definió como una tormenta de pensamientos oscuros. El asunto lo perseguía desde niño, pero entre torneo y torneo el velocista creía tener controlado el asunto. Tras la suspensión de Tokio 2020, Noah era paciente de asma por lo que tuvo mucho cuidado y se mantuvo en el encierro total perjudicando más su salud mental.
En esta época es cada vez más abierto el tema de la salud mental, recordemos que el caso de Lyles no es el único de los últimos tiempos que pone sobre la mesa el asunto de la salud mental.
Naomi Osaka y Simone Biles dijeron basta y hablaron de lo que pasaban en momentos cumbres de su carrera. DeMar DeRozan, de la NBA, y el legendario Michael Phelps también hablaron de la depresión y lo abrumador que les resultaba.
Incluso hace más de una década, en su autobiografía Open, Andre Agassi contó lo mucho que llegó a odiar el tenis, aun en épocas en donde dominaba el circuito.

Tokio 2020 fue llevado a cabo en 2021, y el velocista pudo subirse al podio en los 200 metros: Fue 3ero, detrás de De Grasse y Kenneth Bednarek.
Todavía arrastraba la situación del año anterior, aunque de manera gradual había dejado los antidepresivos. Un año después, en Eugene, volvió a la pista logrando 19.31 s para ganar el oro, dejando atrás el récord norteamericano que ostentaba Michael Johnson.
Su marca fue la tercera más rápida de la historia, solo superado por los jamaiquinos Yohan Blake y, por supuesto por el gran Usain Bolt.

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