Seis mujeres interpusieron una demanda contra la Federación de Natación de los Estados Unidos alegando que dicho organismo así como la Asociación de Natación de California y el gobierno local no las protegieron, en su momento, del abuso del que fueron víctimas por parte de tres diferentes ex.entrenadores: Mitch Ivey, coach de selecciones nacionales y de equipos olímpicos, Everett Uchiyama, antes Director del equipo nacional y Andrew King, entrenador adjunto.
Tres de las acusadoras prefirieron llevar el recurso de manera confidencial, pero las que no tuvieron temor de salir a la luz pública fueron Debra Grodenski, Suzette Moran y Tracy Palmero, quienes en su demanda aseguran que tanto la Federación como dicha asociación se han dedicado a fomentar una cultura del abuso y de la pedofilia dentro de los equipos representativos de la nación americana y que incluso varios de los afectados (de manera verbal, mental y sexual) son menores de edad de ambos sexos.
“Mi abuso sexual era 100% evitable. Espero que esta demanda despierte y le abra los ojos a la Federación. Deseo con todas mis fuerzas un cambio cultural y una mejor educación dentro de este hermoso deporte”, fueron palabras de Grodenski al reportero de Associated Press, además de revelar que fue abusada por King durante muchos años, de los 11 a los 16 de edad, en la década de los 80s y que desde entonces y durante ese tiempo ha sido víctima de la depresión y el sentimiento de culpa. Moran por su parte aseguró que comenzó a ser abusada por Ivey cuando tenía 12 años y que incluso dicho entrenador la obligó a practicarse un aborto cuando quedó embarazada a los 17 años.
La historia de Palmero y las otras mujeres no es muy diferente. Abusaron de ella a los 14 años y no cesaron de acosarla a pesar de que otros entrenadores sabían lo que pasaba y aunque Tracy expuso el problema al entonces Director Ejecutivo, Chuck Wielgus, quien logró que Uchiyama aceptara el abuso y renunciara a su trabajo pero sin otro castigo de por medio ya que entre los dos llegaron a un acuerdo de confidencialidad para evitar un mayor escándalo.
Robert Allard, abogado de las 6 mujeres dijo que no están luchando por dinero, sino para que la Federación de Natación se encargue responsablemente del tema y modifique sus formas de esconder la verdad con tal de evitar el desprestigio y el ruido, y para que ponga mayor atención a lo que sucede dentro de sus instalaciones y de su estructura en todo el país.
