Por Karina Elián Salinas
En la década de los años treinta, sin contar con cds, ni mucho menos streaming, la radio se iba envolviendo cada vez más con el sonido de instrumentos como el saxofón, la trompeta, y el piano, que daban comienzo a la era del swing.
Recordemos a algunos de esos grandes intérpretes quienes sin importar la época, nos hacen mover los pies al ritmo de las notas:
Para iniciar contamos el reconocido rey del Swing “Benny Goodman”, y su pieza más conocida “Sing, sing, sing”, escrita originalmente por Louis Prima, y de la cual no podemos olvidar una de las partes más reconocibles de la canción como el solo de batería de “Gene Krupa”.
Según las leyendas que emanan del jazz, en una ocasión Krupa se negó a dejar de tocar al final del tercer estribillo, lo que llevó al mismo Goodman a tomar su clarinete para acompañarlo, logrando que la pieza durara hasta ocho minutos.
¿Qué sería de un recorrido musical engalanado por el swing, sin la presencia de Glenn Miller? ¿Y porqué no? de una de sus famosas frases: “Una banda debe tener un sonido muy propio, debería tener una personalidad”
Personalidad que encontramos en “In the mood”, la cual reconocemos por esos destellos de armonía acompañados del llamado “riff” pegadizo característico de Miller, convirtiéndola en un himno de los años cuarenta con el que todos se disponían a bailar.
Una de las obras musicales más influyentes del siglo XX, hace también su aparición “Take the A Train”, compuesta por “Billy Strayhorn” y ejecutada por la orquesta del maestro “Duke Ellington”, quienes establecieron una agradable dinámica en el transcurso de su carrera musical.
La historia de esta pieza musical, hace referencia al tren A de Nueva York el cual se ubica en la parte inferior de las 20 líneas del metro de la ciudad, convirtiéndose en la línea más propensa a las averías, y a los constantes retrasos, pero con la gran ventaja de ser la ruta más corta a Harlem, y a lugares como “Sugar Hill”.
Y para concluir recordamos a “Count Basie”, y su extraordinaria interpretación de “One O’Clock Jump”, melodía popular formada por una serie de tres riffs, característicos del swing.
El nombre original de esta pieza musical era “Blue Ball”, pero por el nerviosismo de un locutor por no pronunciar bien dicho nombre al presentarla en la radio, decidió nombrarla “One O’Clock Jump”, debido a la hora en la que se encontraba al aire.
Más de un intérprete ha quedado fuera de esta pequeña lista, pero lo primordial es señalar que gracias a las magnificas ejecuciones de las “Big Bands”, surgió uno de los géneros que marcaron a la historia musical.