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    STRAUSS Y BERLIN 1936

    EL COMPOSITOR RICHARD STRAUSS RECIBIÓ LA PROPUESTA DEL COMITÉ OLÍMPICO INTERNACIONAL PARA COMPONER EL HIMNO DE BERLÍN 1936

    Para entender siempre un hecho es necesario dar una mirada tiempo atrás y saber más de lo acontecido, en el tema de las olimpiadas y su música existen miles de rincones en la historia en dónde obtenemos información que nos impacta. Como el hecho de recordar que el mismo Hitler fue parte de una trascendente época olímpica.

    Por ello es que hoy nos trasladamos hasta Los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 para saber sobre su música. El encargado de crear las notas para tal himno sería el compositor alemán Richard Strauss, quien era el Presidente de la Cámara de Música del Reich. Y quien además dirigió el himno en la inauguración.

    LETRA Y MÚSICA

    Su partitura fue creada para  orquesta y coro mixto, utilizando un fragmento de una sinfonía que había dejado inconclusa años atrás por no estar satisfecho con la pieza.

    En cuanto al texto del himno fue elegido por concurso. El poeta alemán Wilhelm von Scholz, quien era el “Presidente de la Academia Alemana de Poetas”, estuvo a punto de imponer su propio poema, dedicado a las hazañas bélicas del héroe Sigfrido, aunque fue considerado “excesivamente nacionalista” incluso por los propios alemanes. Finalmente, el propio Strauss eligió el texto del poeta Robert Lubahn, quien se encontraba desempleado y que obtuvo mil marcos por su trabajo.

    Los Juegos no se aplazaban o cancelaban desde la II Guerra Mundial

    ADOLFO HITLER EN LA INAUGURACIÓN DE LAS OLIMPIADAS BERLÍN 1936

    LOS ÚLTIMOS JUEGOS OLÍMPICOS ANTES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

    Por ello son tan icónicos, ya que además del auge deportivo estábamos en terrenos pre-guerra que darían paso a la catástrofe más terrible hasta estos años; el holocausto.

    Y así, los Juegos Olímpicos se celebraron en Berlín, con Hitler ejerciendo el mando supremo de la nación. Fueron unas Olimpiadas llenas de propaganda nazi que intentaba ensalzar y difundir la falacia de la supremacía aria, y la megalomanía de su líder se dejó sentir profundamente en el transcurso de los Juegos.

    Berlín, 1936: la instrumentalización nazi de los Juegos Olímpicos ...

    LA PROPAGANDA NAZI INAVADÍA A LAS OLIMPIADAS

    RESTRICCIONES NAZIS A LOS DEPORTISTAS

    Lógicamente Hitler no permitiría competir a judíos, medio judíos y gitanos romaníes, por el mismo motivo expulsó al campeón de boxeo Erich Seelig; a Daniel Prenn, el mejor tenista de Alemania y a la atleta de salto de altura Gretel Bergmann, que tenía mejores marcas que su rival aria Elfriede Kaun. Solo se hizo una excepción con la esgrimista alemana de origen judío Helene Mayer, que obtendría la medalla de plata y, como todos los medallistas alemanes, realizaría el saludo nazi en el podio.

    Las organizaciones judías presionaron para que ningún judío de ningún país participante en la cita olímpica acudiera a Berlín, pero al final, 7 atletas judíos norteamericanos, así como otros europeos, decidieron ir, probablemente ignorando la gravedad de la situación que estaba sufriendo su pueblo en Alemania.

    Al término de los Juegos Olímpicos, Hitler prosiguió con sus planes de expansión, reanudó su persecución de los judíos e invadiría Polonia iniciándose la Segunda Guerra Mundial.

    Recordemos ese himno que colocó a Richard Strauss en el legado olímpico.

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