Por Rene Sánchez
No es fácil cambiar una tradición de más de 100 años. Nunca será sencillo dejar atrás las ideas conservadoras ni las costumbres enraízadas durante tanto tiempo, pero viendo y disfrutando el desarrollo de la fase final de la Copa Davis del 2019, bajo un nuevo formato de competencia en una sola sede y definiendo el título en tan sólo una semana, no queda más que congratularse por esta decisión que ha llenado las gradas de aficionados felices y satisfechos por el espectáculo, la calidad y la entrega que han derrochado en la cancha los representantes de los 18 equipos del Grupo Mundial en la búsqueda del anhelado trofeo de campeones.
Motivados por defender su bandera tanto las grandes figuras individuales como los otros componentes de cada escuadra han confirmado que no es lo mismo alcanzar la gloria para uno mismo que para toda una nación y esa sensación es lo que hace diferente y especial esta competencia, donde los TOP TEN como Rafael Nadal o Novak Djokovic, por mencionar solamente a algunos, mezclan su grandeza con el esfuerzo y la ambición de sus compañeros y rivales de menor jerarquía para darle un toque de prestigio a un torneo que bajo su nueva estructura podrá permitir el surgimiento de nuevos aspirantes y nuevas potencias como Canadá o Rusia, que nunca han ganado el certamen o que incluso jamás habían llegado a las últimas instancias, codeándose con los favoritos de siempre y compitiendo seriamente con los más recientes dominadores del éxito mundial, aunque al mismo tiempo confirmando que países como Estados Unidos o Australia atraviesan por una crisis de talento y que continúan buscando nuevos iconos al acumular ya 12 y 16 años respectivamente sin un título pese a ser los dos máximos ganadores de la, por cierto, mal llamada “Ensaladera de Plata” que han conquistado 32 veces los norteamericanos y en 28 ocasiones los oceánicos.
En resumen: dejar atrás una larga competencia de varios meses, con pausas demasiado extensas, ha vuelto más emocionante el desenlace de la nueva Copa Davis, que tendrá nuevo monarca al no seguir con vida el vigente campeón Croacia, y con nuevo finalista tras la prematura eliminación de los franceses.