Por René Sánchez
No cabe ninguna duda de que cuando Nick Kyrgios sale serio a la cancha es muy difícil vencerlo y así lo demostró el australiano en el arranque de los cuartos de final de la ATP Cup en la que los anfitriones derrotaron a Gran Bretaña por 2 a 1.
El polémico jugador de Canberra se exigió al máximo para vencer y no dar oportunidad de reacción a Cameron Norrie y lo logró en dos sets iguales 6-2 y 6-2 en algo más de una hora de batalla, consiguiendo 11 servicios ace, una de sus fortalezas, y adelantando en la serie al equipo de Australia.
Sin embargo en el segundo partido Alex de Miñaur no logró asegurar el boleto cometiendo algunos errores clave y no forzados ante Daniel Evans. Encima el duelo duró demasiado tiempo, 3 horas y 27 minutos extenuantes y el británico se impuso 7-6, 4-6 y 7-6 empatando la serie.
Y entonces todo tenía que decidirse en el duelo de dobles, con una árdua y constante pelea llegando hasta un dramático, emocionante y agónico super-tie-break en el tercer set donde De Miñaur junto al inspirado y motivado Kyrgios superaron 3-6, 6-3 y 18-16 a Jaime Murray y Joe Salisbury, gracias también al apoyo de un entregado público que empujó a los suyos cuando las cosas no pintaban bien.
Pero el drama no podía faltar en un día como estos y se dió cuando iban 17-16 en favor de los oceánicos, tras un saque de Nick tan rápido que sólo el “ojo de halcón” pedido por los británicos pudo ver que picaba dentro, haciendo estallar de júbilo a la mayoría de los que estaban en la Ken Roswell Arena pues Australia había conquistado su boleto a las semifinales de la ATP Cup, dónde se encontrará con el ganador de la serie entre Bélgica y la España de Rafael Nadal.