Por René Sánchez
No todas las escuderías de la Fórmula Uno gozan de un presupuesto tan amplio como los de Mercedes o Ferrari o el de Red Bull.
Otros equipos deben, aún hablando de millonarias inversiones, deben limitar sus gastos y de cuidar al máximo sus recursos tanto económicos como en ingeniería y mecánica, aprovechando cada pieza y tornillo al máximo, incluso reciclando lo que se pueda sin poner en riesgo ni la seguridad del piloto en el auto, ni el rendimiento del monoplaza.
Este es el caso de Renault, cuyo CEO es el cuatro veces Campeón del Mundo Alain Prost, y quien ha dicho sin pelos en la lengua y sin ocultar nada, que están pensando seriamente en destinar más tiempo y dinero en prepararse para los cambios del 2021 que en perder recursos en la campaña del 2020 que no podrá ser de ningún modo competitiva para ellos.
El argumento de Alain y del resto de los directores del fabricante francés, es que después de los resultados de la temporada 2019 no obtendrán una gran tajada en la repartición de ganancias y bonos por parte de la empresa, ya que hoy todavía se rige el aspecto económico bajo los lineamientos del contrato anterior a la compra por parte de Liberty Media, que ya ha anunciado que dentro de un año habrá un cambio radical para evitar la gran disparidad que actualmente prevalece en la máxima categoría restándole interés mediático y haciendo imposible una verdadera lucha por las victorias, los podios y los puntos.
Por eso Renault, que además ha hecho cambios sustanciales en su staff, como le sucede ya a todos los equipos del Gran Circo, destinará prácticamente sólo la mitad de su presupuesto para hacer una campaña digna en 2020 y el resto para adelantar procesos de estudio, diseño, aerodinámica o seguridad de cara al tan temido, pero necesario 2021 en la F1.