Con 52 años en la tierra, la voz de Oumou Sangaré se ha vuelto la voz de África, pues se ha enfrentado a los desafíos de las restricciones femeninas de su país.
Sus canciones, vistas como radicales desde los años 80, critican sobre todo la poligamia y el matrimonio infantil, mientras celebran el empoderamiento de las mujeres.
CONFINAMIENTO Y SU LADO POSITIVO
Sangaré ha estado confinada en Nueva York junto a algunos miembros de su familia, desde que las medidas de prevención fueron reforzadas. Disfruta de cocinar para sus nietos y escucharlos jugar. Ha pasado una década desde que tuve un receso así.
“Creo que esta pandemia nos ha permitido acercarnos a la gente, para que la solidaridad vuelva a ser el núcleo de la sociedad y pensemos más colectivamente”, señaló la intérprete en una entrevista para The Independent.
Gracias a su voz, Sangaré se ha ganado el título de AVE CANTORA DE WASSOULOU, en honor a la región histórica donde las tradiciones musicales más importantes de Malí nacieron. A sus 21 años, después de que su álbum debut Moussolou (Mujeres) fue estrenado en 1989, la cantante firmó un contrato con World Circuit y ganó reconocimiento nacional.
Combinaba instrumentos tradicionales Wassoulou, el arpa kamal n’goni, el tambor djembe, el rascador de metal karinyan, y el calabash (percusión) con guitarra funk, cuerdas y elementos electrónicos. Honrando con éxito su herencia, mientras suena completamente moderna.
Su nuevo álbum ACOUSTIC ofrece hermosas versiones despojadas de las canciones que aparecieron en su disco de 2017, Mogoya. La reciente producción celebra la tradición mientras abraza lo moderno; ofrece versiones simplificadas de temas de la anterior, en las que se pueden apreciar desde una perspectiva distinta al carecer, entre otras cosas, de los sintetizadores.
ACTIVISMO DESDE LA MÚSICA
Sangaré sigue siendo una vocera en contra de la poligamia, incluso es famosa por interpretar una de sus canciones sobre el tema frente a Mswati III, monarca de un pequeño reino llamado Suazilandia, y sus 16 esposas. Cada año (él y su difunto padre) tomarían una esposa nueva, así que, para mí, éste era realmente el momento de hablar sobre eso.
En 2002, Mswati III fue criticado por Amnistía Internacional cuando Zena Mahlangu, una adolescente de 18 años, fue forzada a casarse con él. Es lo peor que le puedes hacer a una mujer, tratarla como un objeto o un animal, en vez de como a un ser humano, opinó Sangaré.
A pesar de sus campañas por los derechos de las mujeres, la cantante se ha dado cuenta de cómo la música puede influir en el cambio. Cuando alguien te ve tocar no es necesario que hable tu idioma para entender lo que quieres decir. Si es emocional, la gente lo entiende, si es rítmico y te hace bailar, también lo entiende.
Ésa es la belleza de la música, concluyó Sangaré.