Mientras Roger Federer tomó con dolorosa  desilusión la necesaria decisión de cancelar su Laver Cup del 2020 y aplazarla hasta el 2021, por su parte la Asociación de Tenis de los Estados Unidos se resiste y se rehusa a suspender el U.S.Open que está programado para disputarse del 24 de agosto al 13 de septiembre, estableciendo además un plan de rescate de 15 millones de dólares para financiar sus actividades.

El torneo que auspicia el veterano jugador suizo y que enfrenta a un Equipo de Europa vs el Equipo Resto del Mundo, debía jugarse en TD Garden de Boston, Massachusetts del 25 al 27 de septiembre del presente año y fue cambiado para el próximo con fechas del 24 al 26 del mismo mes, ya que su calendario de actividades se encima con otros eventos complicando la presencia de muchos jugadores que preferirán seguramente tomar parte en el Abierto de los Estados Unidos que cada año deja una derrama de ganancias de mas de 400 millones de dólares y que al no contar con un “seguro pandémico” como el de Wimbledon, no podrá cubrir las grandes pérdidas que sufriría si finalmente, por la crisis del covid-19, no se lleva a cabo este año. 

Hoy las instalaciones del Centro Nacional de Tenis Billie Jean King de Flushing Meadows, en Queens, Nueva York, uno de los escenarios habituales del U.S.Open, se están utilizando como un hospital adaptado temporalmente con casi 500 camas y comedor, así que pese a la seguridad de la USTA de que habrá evento, la última palabra la tendrá el temible virus que esta arrasando en dicha zona de la Unión Americana.