Se fue a Cancún en el 2007 y 13 años después el Atlante volvió a ganar un partido oficial, de liga y como local en la capital de la República Mexicana.
Después de un retorno complicado, con poco tiempo para armar un nuevo plantel y con recursos limitados, incluso sin fichar jugadores nacidos en el extranjero, los Potros de Hierro no pudieron arrancar a tiempo el torneo porque además varios resultados positivos a pruebas de covid-19 entre los integrantes de su plantel obligaron a posponer el debut en la Liga de Expansión de la fecha 1 y también el duelo de la 2a jornada.
El panorama se oscureció aún más con dos derrotas seguidas, como local en el Estadio Azul 0-1 ante la UdeG en la 3a jornada y después de visita en Celaya 0-2 en la 4a fecha.
Por eso la cita ante el líder, Cimarrones de Sonora, en el 5° partido era la gran oportunidad de retomar la confianza, el camino correcto y una nueva historia o etapa de su larga vida en el fùtbol profesional. Y los nuevos azulgranas no la desperdiciaron. Dieron un gran partido, dominaron durante los 104 minutos de juego a pesar incluso de la torrencial tormenta que azotó la Ciudad de México.
Ni eso, al estilo de su técnico Mario García, les hizo cesar sus ataques pese a que el gol, el primero del certamen, no caía. Pero con paciencia y persistencia llegó, despues de varias oportunidades fallidas, con un tiro libre de Edson Partida al minuto 79, fuerte y colocado, al que no pudo llegar correctamente el portero sonorense.
Así llegó el primer gol, el primer festejo, la primera alegría, su primera victoria y sus primeros tres puntos, escribiendo su nueva historia con la garra, el espíritu y el buen futbol que caracterizó al Equipo del Pueblo en sus mejores épocas, las añejas y las más cercanas.
Con expulsados, una riña y un conato de bronca incluídos, con la bravura de sus colores azulgranas y con la sangre hirviendo aunque el clima pareció querer enfriarla.
Volvió el Atlante y ya ganó. Y será la primera de muchas victorias así como seguramente también volverá a perder. Pero estará en casa, con su gente, la que también algún día regresará a las tribunas, para reir y llorar, para apoyar y maldecir, para disfrutar de su gran amor,, del Equipo del Pueblo.