
México empató 0-0 ante Uruguay en un partido de lectura clara: el Tri fue superior en funcionamiento, pero insuficiente en la última zona; Uruguay, por su parte, dejó una de sus actuaciones más pobres en meses.
El encuentro terminó sin goles, aunque pudo inclinarse hacia México: en el cierre, el arbitraje le perdonó un penal a César Montes, lo que generó molestia en la tribuna. Más allá de la polémica, el Tri mostró un nivel competitivo que no se veía desde partidos anteriores.
Uruguay firmó una noche muy discreta: solo tres remates en todo el partido, sin chispa ofensiva y con una presión casi inexistente. Eso permitió que México progresara constantemente desde el ‘Tala’ Rangel, quien funcionó como punto de partida para superar líneas sin oposición real.
El juego también dejó una señal positiva: Marcel Ruiz tuvo el partido que necesitaba para afianzarse como organizador. Junto a Johan Vásquez por izquierda, y con Gallardo profundo y Vega en plenitud física, esa estructura puede darle identidad al equipo. Más arriba, Gilberto Mora, mediapunta cargado a la derecha, volvió a ser el encargado de concluir las jugadas, incluyendo la más clara del segundo tiempo.
Aun así, la afición en el TSM terminó molesta: México fue el que más lo intentó, pero no logró generar suficientes oportunidades claras. La de Gil Mora en el complemento fue la acción más cercana al gol.
El 0-0 deja un mensaje: México volvió a competir, y aunque falta mucho, el equipo mostró signos de vida que necesitaba urgentemente. Ante Paraguay, más allá del marcador, el reto será repetir sensaciones y darle continuidad a lo que hoy sí funcionó. Porque para serlo, hay que sentirlo.





