Milito arranca con Chivas como uno de los peores técnicos de la era Amaury
El supuesto “nuevo proyecto” de Chivas bajo las órdenes de Gabriel Milito empieza a oler a fracaso antes de despegar. El argentino llegó con discurso, trabajo de pretemporada y promesas de intensidad los 90 minutos, pero a la hora de la verdad, lo único que ha mostrado es la misma película repetida: mucho humo, pocas soluciones y un equipo a la deriva.
En cuatro jornadas del Apertura 2025, el Rebaño apenas ha rescatado tres puntos de 12 posibles, hundiéndose en la posición 16 de la tabla, con un inicio que lo coloca como uno de los peores entrenadores en la era Amaury Vergara. No es poca cosa: en una década donde ya desfiló una docena de técnicos tras la salida de Matías Almeyda, Milito ha logrado instalarse en la lista negra… y en tiempo récord.
Lo más alarmante es que el argentino tuvo dos meses de pretemporada, con amistosos que alimentaron falsas ilusiones. Se habló de un equipo sólido, intenso, listo para competir. Pero al arrancar la liga, se cayó la careta: derrota en León, victoria agónica ante San Luis, eliminación temprana en Leagues Cup y dos descalabros consecutivos frente a Santos y Juárez. Eso no es un proyecto: es un colapso disfrazado de transición.
La afición empieza a impacientarse. No solo son los malos resultados, sino también las decisiones incomprensibles en la alineación, la falta de jerarquía y un futbol que no convence a nadie. Milito prometía orden y modernidad; hoy ofrece excusas y confusión.
Lo cierto es que Chivas vuelve a ser rehén de su propio espejismo. El discurso del “equipo grande” choca con la realidad de un club que suma derrotas, técnicos descartables y proyectos vacíos. Y Milito, con todo y su currículo europeo, parece más cerca de engrosar la larga lista de fracasos rojiblancos que de devolver al Rebaño a un lugar protagonista.