Una vez más los temas musicales de las olimpiadas se hacen presentes, y es que no existe nada más emblemático tanto para aperturas como para los cierres de los Juegos Olímpicos, que esas melodías que viajan junto a nosotros a través de la historia deportiva.
Y por supuesto no podíamos dejar de recordar aquellas notas que inmortalizarían a las olimpiadas celebradas en nuestro país en los Juegos Olímpicos de 1968.
Esta pieza sería conocida como una de las obras sonoras más breves que se han distinguido a lo largo de la historia deportiva, llamada “Fanfarria Olímpica Mexicana”, compuesta por el autor Carlos Jiménez Mabarak.
CARLOS JIMÉNEZ MABARAK, AUTOR DE LA FANFARRIA OLÍMPICA 1968
DOS FANFARRIAS EN CADA ENTREGA
Antes de las premiaciones, en cada torneo de México 68 con los atletas recibiendo medallas y escuchando el himno correspondiente a sus países, sonaba la pegajosa Fanfarria Mexicana de Mabarak, y al concluir dichas ceremonias, se oía la otra Fanfarria encargada en 1968 por el Comité Olímpico Internacional (COI) a Leo Arnaud, con un timbre menos brillante y épica oscura escrita sólo para cornos franceses.
Inauguración de Los Juegos Olímpicos del 68 La Deportista Queta Basilio fue la encargada de encender el fuego olímpico. Queta Basilio (QEPD)
A pesar de su cortísima duración, Las Fanfarrias Olímpicas México 1968 de Jiménez Mabarak son sin duda las que más han gustado a través del tiempo, pues es un compositor que algunos expertos mencionan; México tiene en el olvido y debería reconocérsele su gran valía por un sinfín de obras musicales más en su camino, mereciendo un sitio más importante en la cultura mexicana.
TRAYECTORIA DE MABARAK
En la década de los cuarenta Mabarak dirigió por un tiempo el Teatro Infantil de Bellas Artes, lo que lo llevó a musicalizar varias piezas infantiles, entre ellas “Cri Cri y El Rey Bombón”, autoría de Carlos Toussaint y Gabilondo Soler. Además el autor es el mexicano que más obras ha compuesto para ballet, así como obras corales y algunas partituras en cine.
Mabarak se describía como; “…el más joven de los compositores viejos y el más viejo de los jóvenes”.Pero sin importar el tiempo, su gran legado melódico dejó estas notas que enunciaron esas inolvidables olimpiadas, que hoy recordamos en este recorrido